Evangelizar desde Cáritas

Todos sabemos que la Evangelización es una tarea, una misión, que el Señor confió a su Iglesia; significa que hoy, todos los que nos llamamos cristianos, tenemos este encargo, esta responsabilidad y estamos animados y fortalecidos con el Espíritu Santo que se nos dio en nuestro bautismo para que podamos ejercer nuestra misión con fidelidad. 

También sabemos que Evangelizar es anunciar con nuestra vida la Buena Noticia de Jesucristo, Aquel que entregó su vida para que todos tuvieran vida, y vida en abundancia. Esta vida no se reduce a una vida espiritual sin importarnos cómo es la vida de nuestros hermanos a nivel material, no podemos sentirnos indiferentes ni estar ajenos a sus necesidades básicas: alimentos, vivienda, salud, trabajo, educación, etc. Pero también es verdad que como cristianos no podemos reducir nuestra tarea a ayudar o intentar ayudar a que todas las personas tengan esa vida digna que el Señor quiere para todos. Por tanto, necesitamos transmitir también que Dios es nuestro Padre y nos ama tanto que se preocupa de cada uno de nosotros, que Jesucristo, su Hijo, nos enseña el camino y la forma de vivir con sentido, sabiendo por qué y para qué hemos sido creados, acogiendo su llamada y ejerciendo la misma misión que Él realizó en nuestro mundo. 

Desde Cáritas podemos ser testigos del Amor de Dios con nuestra entrega y servicio a los más vulnerables y necesitados de nuestro entorno, podemos y debemos ser solidarios con los que más sufren y también conocer y reflexionar por qué unos tienen de todo y otros no tienen lo más necesario para sobrevivir. Por qué la injusticia y la indiferencia se adueñan de una sociedad como la nuestra que parece que sólo busca el bienestar personal de manera individual y cueste lo que cueste. 

Por eso, Cáritas Madrid y todos los que estamos sirviendo desde ahí, tiene, tenemos que creer y dar a conocer que otro mundo es posible. Que la justicia, la fraternidad, la igualdad y la solidaridad entre todos hacen posible una sociedad mejor y nos hace también a nosotros más felices. Cada uno, cada una, sabemos que dar a conocer a Jesús de Nazaret y su proyecto puede traer muy buenas consecuencias. Seamos instrumentos del Señor para que todos los que se acerquen a nuestras parroquias buscando ayuda para sobrevivir, se lleven no sólo una bolsa de alimentos, sino también se lleven y sientan el amor que Dios-Padre les tiene y que cuenta también con ellos para que, juntos en comunidad, podamos sentirnos hermanos y ser agradecidos por tener fuerzas de seguir luchando con alegría y fe por una vida digna y mejor para cada uno y para todos.

En nuestras manos está que los preferidos del Señor sean también los preferidos de nuestra comunidad y les mostremos en la práctica que el Señor les acompaña en sus penurias y no les abandona nunca.

Que Dios nos bendiga a todos y fortalezca especialmente a todos los voluntarios y voluntarias que estáis al pie del cañón dando vuestro tiempo y vuestra vida por el Reino. 

Francisco Javier Pedraza Ferret