El monitor en un aula de apoyo escolar

Cáritas Madrid 22 de Marzo de 2018

Formación específica para monitores de proyectos de menores en la zona de San Blas y Canillejas de Cáritas Vicaría II

Formación específica para monitores de proyectos de menores en la zona de San Blas y Canillejas de Cáritas Vicaría II.


Cáritas Madrid. 22 de marzo de 2018.- Las personas voluntarias de los tres proyectos de menores de la zona de San Blas y Canillejas de Cáritas Vicaría II se juntaron para convivir y formarse en un fin de semana y así poner en común avances y dificultades en su compromiso diario con los niños en el Aula Educativa. Cerca de 30 monitores acompañados por Begoña, profesora del Centro de Estudios Sociales de Cáritas Madrid, generaron un espacio dinámico y motivador. Recibieron herramientas para trabajar y alentar tanto a los menores como a sus familias.


Partiendo de las características y singularidades del menor, su a veces baja autoestima, su desmotivación y apatía, la inexistencia de hábitos de estudio, posibles trastornos emocionales o las propias “lagunas” de conocimiento, sea afrontaron las causas de las dificultades anteriores: salud deficiente, erróneas estrategias de aprendizaje, desorganización familiar, pobreza, malos tratos, cambio frecuentes de colegio, estrés o las extrínsecas propias del colegio (instalaciones deficientes, falta de disciplina, excesivos alumnos por aula, obsesión por las notas) o factores en la calle con el grupo de amigos, como normas y valores negativos para el crecimiento personal, se trataría de identificar las dificultades, analizar sus consecuencias comportamentales y seleccionar las estrategias de apoyo que se van a utilizar, para la posterior evaluación de resultados y seguimiento.


Se pusieron varios ejemplos prácticos para asimilar mejor lo propuesto. Las habilidades que los monitores deben tener en cuenta fueron: escucha activa, elogiar y reforzar, hacer críticas, comunicación clara y directa, consensuar normas. Y sobre todo, respeto y cercanía hacia el menor. Además de algunas pautas para gestionar mejor la actividad en el Aula educativa: ser puntuales, fomentar la participación, analizar lo que ocurre durante la actividad, asegurar que se cumplan las promesas o cuando se pueda, delegar tareas rutinarias en los menores. Y acabar la actividad adecuadamente.


El trabajo con menores se hace desde la promoción educativa para romper el círculo generacional de la pobreza que pasa de padres a hijos. Para ello, las Aulas Educativas pretenden ser espacios donde el menor se sienta acogido y valorado, que aprenda a relacionarse de forma amable con los otros menores y hacia los monitores. Para ello es imprescindible una interacción con la familia y con el colegio donde los chavales pasan muchas horas al día. No es fácil porque los niños viven situaciones muy complicadas en sus entornos, pero esa es la apuesta de Cáritas, prevenir y educar contra la pobreza y la formación de sus monitores es clave.

 

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