Cuarto domingo de Adviento: Tiempo de escucha, de fe confiada, de servicio generoso

Cáritas Madrid 23 de Diciembre de 2018

Hoy encendemos la 4ª vela de la Corona de Adviento.

Lecturas del Cuarto domingo de Adviento: Mi 5, 1-4/ Sal 79 / Heb 10, 5-10 / Lc 1,39-45

Hoy encendemos la 4ª vela de la Corona de Adviento.

Lecturas del Cuarto domingo de Adviento: Mi 5, 1-4/ Sal 79 / Heb 10, 5-10 / Lc 1,39-45.


Cáritas Madrid. 23 de diciembre de 2018.- ¡Qué poco queda, para que podamos acoger al Niño Dios que nace en Belén!

En este domingo cuarto de Adviento ya vislumbramos el final de nuestro camino; nos acercamos a Judá, a sus montañas, con María y, también a nosotros se nos dierá: ¡dichosos porque habéis creído, porque podréis ver la fidelidad de Dios!  Es interesante tener en cuenta que todo ello se realiza con dos cualidades básicas del seguidor: la fe-confianza y la misión de servicio. Creer las promesas confiando en que se cumplen porque lo hemos visto y oído muchas veces en nuestras vidas. Estar cerca de los necesitados de nuestro compromiso para poder celebrar juntos los dones de Dios.


Cuarta vela de nuestra corona de Adviento

Encendemos la cuarta vela. Ilumina nuestros corazones paa que veamos con mayor claridad la llegada del Salvador. Ya estamos en el último tramo de nuestro recorrido hacia el Señor que viene. Nos hemos preparado acogiendo,  promoviendo y protegiendo a nuestras hermanas y hermanos más necesitados. Con María e Isabel hoy también queremos que Dios nos ilumine para poder integrarlos en nuestra vida de forma plena, como hace Jesús con cada uno de nosotros.


Oración

Señor Jesús, que nos invitas a encontrarnos contigo, con nuestra comunidad y con los más desfavorecidos de nuestra sociedad. Permite que esta cuarta vela que encendemos, ya en la inminente espera de tu llegada, nos ilumine para permitir que nos toques con tu roce suave y sanador. Ayúdanos a que esa salvación que nos das a cada uno haga que nuestra piel y nuestro espíritu se deje tocar por el desconocido, por el distinto, por aquellos que necesitan saber que quieres que formemos una única familia, que abarque toda la humanidad. Haz que conozcamos, como Isabel, que estás presente en la/el que nos visita, aunque venga desde muy lejos, física o espiritualmente, y también su toque amistoso es gozo para nuestras entrañas.

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