Aprender a distinguir lo necesario de lo imprescindible

Cáritas Madrid. 29 de agosto de 2018.- El centro  arciprestal de Cáritas de Buitrago de Vicaría I ha organizado un encuentro al que acudieron muchos de los voluntarios, personas consagradas y personal de la Vicaría para vivir un momento de oración y conocernos todos un poco mejor.

La hermana Hermila y sus compañeras Misioneras Catequistas de los Sagrados Corazones de Jesús y María nos recibieron con su eterna sonrisa. Allí no caben quejas por nada. No importan los kilómetros que recorren a diario por los caminos de la Sierra para ir a buscar a las personas voluntarias y a las familias que acuden al centro, ni las largas jornadas de invierno, ni las comidas en soledad, ni el desánimo al ver el sufrimiento de la gente… Su alegre mirada refleja la paz de un corazón que tiene muy claras cuáles son las cosas importantes y cuáles son imprescindibles.

Antes de empezar la eucaristía habían preparado una bolsa de viaje para cada uno de los invitados con una etiqueta que rezaba “Bolsa de viaje de un voluntario de Cáritas”. Cada bolsa contenía cosas importantes para un voluntario. Una libreta con un lápiz y un sacapuntas para apuntar las necesidades de las personas a las que atendemos, para recordar fechas, y anotar todas las anécdotas de cada jornada. También una goma de borrar para no dejar ni rastro de nuestras equivocaciones. Globos y caramelos para festejar las oportunidades que nos da la vida compartida con el corazón. Unos Cd´s de música clásica para descansar y tomar fuerzas y no dejarnos abatir cuando las injusticias llaman a nuestra puerta… Y una CRUZ

Una CRUZ con un mensaje personalizado para cada uno de los asistentes: Vosotros sois mis amigos, Ven sígueme, No tengáis miedo, Vosotros sois la sal de la tierra, Vosotros sois la luz del mundo, Vengan a mí los que están cansados…  Eso es lo imprescindible, lo que nunca puede faltar en la bolsa de viaje de un voluntario. Una forma muy sencilla de demostrar al mundo porqué estamos aquí.

Nos preguntamos cómo llegaron aquí estas mujeres, como Hermila que un día salieron de su adorado Méjico para vivir en el duro clima de la Sierra de Madrid. El arciprestazgo abarca 39 pueblos y las distancias son muy grandes. Pero nada se interpone en su camino, salvo la nieve en invierno que muchas veces les impide ir a visitar a ancianos y enfermos.

Pero incluso para esos momentos ya están iniciando un nuevo proyecto con personas mayores que viven solas, como Elena que está encantada de haberse metido en el proyecto "Cerca de ti". “Este invierno, a pesar de lo duro que ha sido, me he sentido muy acompañada. Casi todos los días hablo con los voluntarios de Aisama o con las hermanas. Yo estoy feliz y para mí Susana, Luis, Mariano, Blanca… ya son como de mi familia. Les cuento mis pequeñas cosas y compartimos los momentos más cotidianos de nuestra vida. No hay ni un solo día que no hable con ellos”. 

Este es uno de los últimos proyectos que se ha puesto en marcha en el arciprestazgo, pero también cuentan con un proyecto de adultos donde se dan clases de español, talleres de costura, guardería, charlas formativas y reparto de alimentos. En el proyecto de menores nos encontramos unos 20 niños de primaria que acuden al centro un día  a la semana y el servicio de orientación al empleo en el que también se dan cursos de manipulador de alimentos, atención a personas mayores, habilidades del hogar, etc porque en muchas ocasiones las familias tienen dificultad para desplazarse a Madrid.